Especie del mes

Especie del mes de Agosto: Familia Aeshnidae

Este mes, el blog de la DSA se centra en la familia de libélulas Aeshnidae. Se caracterizan porque vuelan continuamente o planean intermitentemente, además cuelgan verticalmente cuando están posadas. Son libélulas grandes, en América del Norte llegan a medir entre 52 mm y 116 mm (aproximadamente 2-5 pulgadas) de largo, tienen ojos grandes y abdómenes largos. La familia se encuentra ampliamente distribuida en todo el mundo. Sigue leyendo para descubrir más sobre este grupo a través de los ojos del experto en Odonata, el Dr. Dennis Paulson, mientras recorre el Refugio Nacional de Vida Silvestre de Santa Ana.

Cazando Aeshnidos en la frontera con México 

En mi publicación de la "especies del mes"  de julio de 2021 hice trampa y escribí sobre un pequeño grupo de especies con migración en común. Esta vez lo estoy haciendo de nuevo, escribiendo sobre un grupo de interés taxonómico, geográfico y ecológico: la familia Aeshnidae. Debido a que son los trópicos, ¡tengo que enfatizar la diversidad!

Sendero en el Refugio de Vida Silvestre Santa Ana, Texas, Septiembre 17 de 2008; Dennis Paulson.

El Refugio Nacional de Vida Silvestre de Santa Ana, en el Río Grande en el sur de Texas y, por lo tanto, justo enfrente de México, es bien conocido por los naturalistas como un lugar para ir a ver plantas y animales tropicales que de otro modo serían raros en los Estados Unidos. Es un destino para los entusiastas de las libélulas, y varias especies de odonatos tropicales han proporcionado aquí los primeros registros para los EE. UU. Algunos de ellos que ahora conocemos son bastante comunes en el Valle Bajo del Río Grande.

Macho de Coryphaeschna adnexa; Refugio de Vida Silvestre Santa Ana, Texas, Junio 5 de 2005; Dennis Paulson.

Después de pasar mucho tiempo caminando por los senderos del bosque tropical, me he habituado a buscar Aeshnidos que se posan en la vegetación cerca del sendero.Santa Ana nunca me ha decepcionado. Estuve allí en junio y noviembre de 2005 y septiembre de 2008 y encontré Aeshnidos tropicales en cada visita, incluidos los que se muestran en estas fotos. Entre estos se encuentra Anax concolor, que fue el primer registro para los Estados Unidos.

Macho de Anax concolor;Refugio de Vida Silvestre Santa Ana, Texas, Junio 5 de 2005; Dennis Paulson.

Camino lentamente por el sendero, escudriñando la vegetación a ambos lados. Estoy buscando una línea vertical corta en medio de un revoltijo de ramas y ramitas que van en todas direcciones. Esa línea vertical podría ser simplemente el abdomen de un Aeshnido colgando. Me acerco lentamente, con la esperanza de conseguir una foto. Si se espantan, a veces vuelan solo una corta distancia antes de posarse nuevamente, aunque es muy común que desaparezcan en el bosque y nunca más se los vuelva a encontrar. Así que repito el mismo ejercicio una y otra vez.

Macho de Rhionaeschna psilus; Refugio de Vida Silvestre Santa Ana, Tejas, Septiembre 17 de 2008; Dennis Paulson.

Las voladoras vespertinas (Gynacantha y Triacanthagyna) estarán allí todo el día, presumiblemente colgados en el mismo lugar. Si me quedo hasta el anochecer, probablemente veré algunos de ellos volando por los claros. Sin embargo, no son necesariamente fáciles de identificar en ese momento. Los voladores diurnos se posan de la misma manera durante los momentos en que no están forrajeando lejos del bosque o sobre él. Es probable que todas las especies se reproduzcan en los estanques dispersos en la zona, donde he encontrado exuvias.

Hembra de Gynacantha mexicana; Refugio de Vida Silvestre Santa Ana, Texas, Septiembre 17 de 2008; Dennis Paulson.

Adicionalmente, Anax amazili y Coryphaeschna apeora, especies raras en los Estados Unidos, han sido encontradas en Santa Ana y sus alrededores, al igual que Anax junius, que se puede encontrar frecuentemente en el lugar.

Macho de Triacanthagyna caribbea; Refugio de Vida Silvestre Santa Ana, Texas, Septiembre 19 de 2008; Dennis Paulson.

Junio puede ser un mes especialmente bueno, ya que los Aeshnidos tropicales se mueven por la zona al comienzo de las lluvias en México. Pero también los hemos encontrado allí en septiembre, octubre, noviembre e incluso abril. ¡Vale la pena una visita!

Macho de Triacanthagyna septima; Refugio de Vida Silvestre Santa Ana, Texas, Septiembre 17 de 2008; Dennis Paulson.

Nuestro bloguero invitado de julio es el Dr. Dennis Paulson. Recibió un Ph.D. en Zoología de la Universidad de Miami, y enseñó cursos universitarios y de educación para adultos sobre historia natural durante más de tres décadas. El Dr. Paulson se jubiló recientemente después de 15 años como Director del Museo Slater de Historia Natural de la Universidad de Puget Sound. Es el autor de “Dragonflies and Damselflies: A Natural History”; “Dragonflies and Damselflies of the East”; “Dragonflies and Damselflies of the West”, y muchos otros libros de historia natural y guías de campo.

Especie del mes

Especie del mes de julio: Mesamphiagrion gaudiimontanum, “La alegría de las Montañas” 

Mesamphiagrion gaudiimontanum (macho), Páramo de Belmira, Andes Centrales, Antioquia, Colombia (copyright Cornelio A. Bota Sierra)

Nuestra especie DSA del mes es Mesamphiagrion gaudiimontanum, "La alegría de las montañas" caballito del diablo. Es un miembro de la familia Coenagrionidae y mide tres centímetros de largo. Habita turberas en los ecosistemas de Páramo ubicados por encima de los 3.000 metros en la Cordillera Central de los Andes en Colombia. Sigue las aventuras de Cornelio Bota mientras descubre una nueva especie de caballito del diablo en lo alto de las montañas colombianas.

La alegría de las montañas

Era abril de 2008, pero lo recuerdo como si fuera ayer. Me estaba recuperando de una cirugía de rodilla que me sacó del campo y de cualquier caminata durante seis meses. Seis meses en los cuales trabajé en la curaduría de la pequeña colección de Odonata que se encuentra en la Universidad de Antioquia en Colombia, donde estudiaba mi pregrado en biología. Seis meses que me hicieron dar cuenta del valor de caminar.

El límite entre el Páramo y el Bosque de Robles en un día nublado en el Páramo de Belmira, Antioquia, Colombia (copyright Cornelio A. Bota Sierra).

Estaba ansioso por volver a caminar por las montañas, respirar el aire puro y húmedo alrededor de los arroyos mientras buscaba libélulas. Así que planeamos una expedición de cinco días con los otros muchachos entusiastas que trabajan en la colección entomológica al Páramo de Belmira, la montaña más alta de los Andes Centrales en mi estado natal, Antioquia, a 3270 metros.

Sendero en El Páramo de Belmira, la montaña más alta del norte de los Andes Centrales, Antioquia, Colombia (copyright Cornelio A. Bota Sierra).

Éramos ocho ávidos exploradores armados con redes, frascos y sobres entomológicos, así como mochilas de 32 Kg llenas de comida, equipo de campamento y ropa. Fue un acercamiento hermoso, divertido y difícil desde el pueblo de Belmira ubicado a 2.500 metros hasta el campamento en el Páramo.

El día estaba nublado. No se observaron ni recolectaron muchos insectos durante la agotadora caminata de ocho horas. Eventualmente llegamos a un lugar que parecía un paisaje de película de ciencia ficción: “El reino del Frailejón”. Después de un buen plato de sopa y unos tragos de ron, dormimos como piedras.

Hábitat de turberas, Páramo de Belmira, Andes Centrales, Antioquia, Colombia (copyright Cornelio A. Bota Sierra).

El campamento estaba a 3200 metros y allí nos liberamos de cargar nuestras mochilas. Exploramos este lugar tranquilo que olía a fresco y estaba lleno de nuevos sonidos y cosas increíbles. Tucanes azul grisáceo. Colibríes. Todo tipo de flores y hojas. Ranas fascinantes y, por supuesto, insectos, especialmente escarabajos y un montón de moscas.

La especie de Gastroteca sp., especie del área de Belmira Páramo, Antioquia, Colombia (copyright Cornelio A. Bota Sierra)

¡Pero nada de libélulas!

La mayor parte del tiempo estaba nublado, a veces decencia la neblina, otras veces llovía durísimo y nos  teníamos que devolver al campamento en busca de resguardo, allí pasábamos los aguaceros tomando “carajillos”, una mezcla de café y ron, mientras alguien leía en voz alta para ayudarnos a no pensar en el frío.

Cada vez que dejaba de llover, volvíamos a explorar, protegidos con ponchos de plástico y botas de caucho. Yo deseaba con todo mi ser un poco de sol, pero las nubes parecían interminables. Después de tres días de búsqueda, sólo había visto un par de libélulas, en el género Rhionaeschna, y sólo había atrapado una. De repente, el sol brilló a través de un agujero en las nubes. Corrí lo más rápido que pude hacia una turbera impresionante que había estado observando. Las nubes se movían rápido, así que sabía que no tenía mucho tiempo. Cuando llegué al estanque, era tarde. Las nubes volvieron a cubrir la montaña. ¡estaba completamente desilusionado!

Mesamphiagrion gaudiimontanum (macho)., Páramo de Belmira, Andes Centrales, Antioquia, Colombia (copyright Cornelio A. Bota Sierra).

De repente, un caballito del diablo saltó y trató de alejarse volando desde el borde del estanque. Por suerte, mi red fue más rápida. Solo había visto un rayo azulado. ¡Mi corazón estaba latiendo rápido! Torpemente metí la mano en la red. ¡Era el caballito del diablo más impresionante que he visto en mi vida!

Mesamphiagrion gaudiimontanum (macho), Páramo de Belmira, Andes Centrales, Antioquia, Colombia (copyright Cornelio A. Bota Sierra).

Era azul cielo y negro brillante, con un asombroso pterostigma azul. Yo era un principiante en el mundo odonatológico, pero supe desde ese momento que era una especie muy rara y probablemente nueva. De regreso a casa, fui guiado por Natalia von Elleriender y Rosser Garrison, quiénes me ayudaron a identificarlo y describirlo como una nueva especie. ¡Estoy agradecido por su ayuda! Se trata de Mesamphiagrion gaudiimontanum, que significa “la alegría de las montañas”. Volví varias veces a buscarlo en el páramo y descubrí que tienen un cambio de color ontogénico y que las hembras tienen dos morfos de color: adrocromo y ginocromo. En días soleados, su población es tan abundante que es el insecto más conspicuo del Páramo, pareciendo pequeñas flores azuladas que pueden volar desde la punta de una planta hasta la punta de la vecina. Estos caballitos del diablo crean una de las escenas más bellas y alegres que he visto en la vida.

Mesamphiagrion gaudiimontanum (hembra juvenil androcroma), Páramo de Belmira, Andes Centrales, Antioquia, Colombia (copyright Cornelio A. Bota Sierra).

Cornelio A. Bota Sierra ha estado explorando la biodiversidad de las libélulas colombianas desde 2007. Esto lo llevó a documentar y recopilar miles de datos sobre historia natural, ecología y especímenes para museos de todo el país, que fueron la base de algunas publicaciones como guías de campo o artículos, describiendo nuevas especies, redescubriendo otras, reportando varias especies raras, nuevos registros para Colombia y contribuyendo a sus evaluaciones de conservación según la UICN. En los últimos años, gracias al financiamiento del gobierno mexicano, investigó para sus estudios de maestría y doctorado sobre la tolerancia termofisiológica de una comunidad de libélulas andina tropical, que es un factor clave para comprender cómo afectará el cambio climático a estos insectos. Actualmente ocupa un puesto de postdoctorado en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Alabama, donde se unió al equipo de GEODE para crear un conjunto de datos de distribución global de Odonata y explorar patrones ecológicos y geográficos en estos insectos.

Especie del mes

Especie del mes de junio: Stylurus olivaceus

Macho de Stylurus olivaceus. Vancouver, WA, 15 de agosto de 2008. Fotografía de Jim Johnson (usada con autorización).

La especie del mes de junio de la DSA es Stylurus olivaceus, una libélula de tamaño mediano de la familia Gomphidae. Es una especie de río que se encuentra desde el norte de California y Utah hasta Columbia Británica (CB). Mide aproximadamente 60 mm de largo. Disfrute de las historias del experto en libélulas Rob Cannings sobre esta rara especie.

Colgando de una hoja en la Columbia Británica

Crecí a lo largo del río Okanagan, en el sur de Columbia Británica. Cuando regreso a Penticton, mi ciudad natal, camino por los diques del río, observo los patos (Mergus spp.) en el río y escucho a los zorzales (Dumetella carolinensis) y las oropéndolas (Icterus spp.) en los árboles. Sin embargo, soy un entomólogo, con un interés especial en las libélulas, y me encanta seguir la pista de estos insectos audaces y hermosos a lo largo del río. Aquí, la especie más rara entre las raras es Stylurus olivaceus.

A finales de la década de 1920, más de tres décadas antes de que el río fuera enderezado, dragado y represado para controlar las inundaciones, mi padre solía remar en su kayak casero por el río, él solía contarme historias de sus aventuras en este lugar. “Los abedules colgaban sobre los riscos de grava y los sauces se alineaban en los bancos de arena a lo largo de los tramos serpenteantes y de flujo más lento”, decía. “Explorábamos todo el día en los bosques a lo largo de la orilla, en los pantanos y los prados húmedos que bordeaban los viejos meandros”. Escuchaba embelesado las historias de su infancia sobre un paisaje que ahora casi ha desaparecido por completo. El río desemboca en el lago Okanagan, de 80 millas de largo, y serpentea hacia el sur para unirse al río Columbia en el estado de Washington. Solía ​​fluir a través de bosques ribereños entre pastizales y matorrales. Ahora, gran parte de la tierra a lo largo del río es utilizada como tierras de cultivo o desarrollo urbano.

Apareamiento de macho y hembra de Stylurus olivaceus. Vancouver, WA, 19 de septiembre de 2006. Fotografía de Jim Johnson (usada con autorización).

Muy rara vez se encuentra a esta especie en la parte canadiense del río Okanagan. El fondo del canal está revestido de rocas, la arena y el limo que necesitan las larvas para enterrarse son muy escasos y se encuentran en parches alejados.

 

Al buscar larvas, busco una exuvia como evidencia, esta es la piel mudada de la última etapa larvaria, que permanece adherida en el material de la orilla después de que el adulto ha emergido y se ha ido volando. Nunca he encontrado exuvias en este río. Los árboles y arbustos en los que a las libélulas adultas les encanta posarse junto al agua han desaparecido en su mayoría, reemplazados por pastos y malezas.

Larva de Stylurus olivaceus, enterrada en la arena, depredando una larva de Tipulidae. Ilustración de Rob Cannings (Usada con autorización).

En todas mis caminatas por el dique del río Okanagan, solo he encontrado tres adultos. El primero estaba camuflado como una ramita gris verdosa y negra, posado en el sendero polvoriento del lago Osoyoos, casi en la frontera con Estados Unidos. Mucho después, en otra caminat, vi una volando sobre el río. Después de un rato voló hacia un árbol solitario en el dique. “¡Ajá!”, pensé, “¡Aterrizó allí!” Las libélulas del género Stylurus se reconocen porque generalmente se posan en las hojas de los árboles o arbustos, doblando la ramita hasta que cuelgan casi verticalmente. Subiendo sigilosamente, busqué en las ramas inferiores durante minutos antes de ver la libélula colgando de una hoja, ¡tal como se suponía que debía estar! Mi tercer avistamiento fue de un macho volando río arriba, rápido y recto como una flecha, sin detenerse ante nadie.

Río Okanagan, Okanagan Falls, BC, 24 de septiembre de 2009. Fotografía de Richard Cannings (usada con autorización).

Solo hay tres poblaciones pequeñas y separadas de esta especie en CB (y en todo Canadá). La mayoría de los que he estudiado viven en el límite norte de la distribución conocida de la especie: el río Thompson, cerca de Kamloops, a unas 80 millas aéreas al noroeste de Penticton. Durante unas 35 millas al este de la ciudad, este gran río fluye a través de arbustos de artemisa, granjas y suburbios ribereños, el agua alcanza los 21 o 22 °C en verano debido a su permanencia en el enorme lago Shuswap, hacia el este. En Kamloops, se une al río North Thompson, cuyas aguas más frías bajan de los campos nevados de las montañas. Aquí el agua está a unos 18ºC en el momento de la aparición de las libélulas y sospecho que el agua está demasiado fría para S. olivaceus en esta época del año. Nunca he visto esta especie en North Thompson, aunque las otras condiciones como sedimentos y flujo de corriente parecen perfectas. Aguas abajo de Kamloops, el río Thompson fluye más rápido y el lecho del río está lleno de rocas que, como vimos en el río Okanagan, es un hábitat que no les gusta a estas libélulas.

 

Es irónico que uno de los mejores lugares para encontrar a esta especie, tan amante de los climas cálidos, sea lo más al norte posible. Pero aquí gran parte del hábitat sigue siendo bueno: un lecho de río arenoso y limoso; riberas estables revestidas de plantas acuáticas emergentes como juncos y colas de caballo; sauces ribereños y olivos rusos introducidos colgando sobre el agua.

 

Ciertamente, hay tramos donde el ganado ha pisoteado la orilla, donde el agua de riego ha erosionado las riberas, y donde se ha vertido relleno rocoso para soportar la vía férrea y fraccionamientos llenos de viviendas. Pero todavía hay suficiente costa apta para sustentar una población decente de libélulas. En algunos lugares recogí una exuvia por cada metro de arena que caminé. Se encuentran entre los detritos de las aguas altas en los parches de colas de caballo y juncos y están cubiertos por una fina capa de limo, un recordatorio de la vida bajo el sedimento que prefiere su larva.

South Thompson River, cerca de Kamloops, BC, 25 de agosto de 2008. Foto de Rob Cannings (usada con autorización).

Afortunadamente, el hábitat no necesita ser prístino. La especie puede tolerar algunas perturbaciones y daños en el hábitat. Encontré exuvias en las huellas de los cascos de las vacas y observé a algunos adultos emergiendo en un embarcadero concurrido. Pero me imagino que las carpas y otros peces introducidos que se alimentan en el fondo pueden dañar a la población al perturbar el sedimento o al comerse las larvas. También, las lanchas a motor que pasan a gran velocidad revuelven el fondo y erosionan los bancos de arena.

 

A lo largo del río, a mediados de agosto, emergen las libélulas adultas, pálidas y vulnerables, presas fáciles para los mirlos y los atrapamoscas.

Stylurus olivaceus exuvia. South Thompson River, cerca de Kamloops, BC, 25 de agosto de 2008. Fotografía de Rob Cannings (usada con autorización).

Supongo que los recién emergidos vuelan de regreso a los pastizales para cazar y madurar durante varios días, y luego regresan al río para aparearse y poner huevos. A finales de agosto y septiembre, de vez en cuando, he visto a un macho patrullando sobre la corriente, persiguiendo a una hembra, y luego la pareja desaparece entre los árboles mientras se aparean. Más tarde, la hembra vuela rápidamente sobre el río, sumergiendo su abdomen en el agua, depositando los huevos.

 

Debido a que estas poblaciones son pequeñas y fragmentadas y los pocos tramos de ríos donde vive son vulnerables, la especie se considera en peligro de extinción en Canadá. Su futuro es menos preocupante en el oeste de los Estados Unidos, donde está más extensamente distribuida. En algunos lugares, como el Bajo Río Columbia, es común. Río abajo de Portland vive incluso en aguas afectadas por las mareas altas, donde parece tolerar cierta salinidad.

Hembra de Stylurus olivaceus teneral. South Thompson River, cerca de Kamloops, BC, 15 de agosto de 2008. Fotografía de Darren Copley (usada con autorización).

Stylurus olivaceus es característica de los grandes ríos de la región seca del Oeste. Aunque en muchos lugares se ha visto muy afectado por los trastornos que los humanos han traído a su hogar, y ahora es raro, sigue siendo común en algunas localidades. Es un símbolo de perseverancia en un paisaje que cambia rápidamente.

Este ensayo es un resumen de un capítulo escrito por Rob en “Wading for Bugs: Exploring Streams with the Experts”. Publicado por Oregon State University Press (2011). Se presenta aquí con permiso de OSU Press.

Rob Cannings es curador emérito de entomología en el Royal BC Museum, donde fue curador desde 1980 hasta 2013. Creció junto a una pradera del valle de Okanagan en una familia conocida en todo Canadá por sus contribuciones a la historia natural y la conservación. Los intereses de investigación de Rob se centran en la sistemática y la faunística de los insectos, especialmente en Odonata y Asilidae, pero publica ampliamente sobre muchos otros grupos. Es autor o coautor de seis libros, incluido “Introducing the Dragonflies of British Columbia and the Yukon (2002)”.

Traducción al español: Juliana Sandoval H.

Especie del mes

Especie del mes de mayo: Cordulegaster dorsalis (“Cola de espiga del Pacífico”)

Macho de Cordulegaster dorsalis, derecho de autor de las fotos: Ray Bruun (2007), Shingletown, Shasta County, California.

Nuestra especie del mes de mayo es Cordulegaster dorsalis, una gran libélula de la familia Cordulegastridae. Con 70‒85 mm de longitud (alrededor de 3 pulgadas o más), se encuentra en los arroyos de los bosques a lo largo de la costa del Pacífico y en la zona de Baja California — a veces, ¡en zonas que no esperarías! Sigue leyendo para conocer la aventura de la cazadora de libélulas Kathy Biggs con esta especie.


Cómo la oviposición de Cordulegaster dorsalis evadió nuestra detección por 13 desafortunados años

Cuando escribes una guía de campo, la gente espera que seas un experto. Soy la autora de Common Dragonflies of California, A Beginner’s Pocket Guide (Libélulas comunes de California. Una guía de bolsillo para principiantes) y mi esposo Dave y yo damos charlas sobre libélulas en California. Cordulegaster dorsalis es una especie especialmente bella, con sus brillantes ojos azules y sus espectaculares marcas negras y amarillas. Cuando muestro la diapositiva de esta especie durante mi presentación en PowerPoint, hablo acerca de su única estrategia de oviposición. La hembra sostiene su abdomen perpendicular al suelo y oviposita—no tanto en el agua, sino en el margen fangoso y poco profundo de un pequeño arroyo con agua corriendo.

 

Sin embargo, Dave y yo en realidad no habíamos visto este comportamiento. Cuando lo mencionaba en el programa,  la gente empezaba a enviarme fotos de Cordulegaster dorsalis ovipositando. ¡Incluso videos! Año tras año, nosotros dábamos estos programas y admitíamos que nunca habíamos visto esa actividad. La gente de nuestro grupo de discusión, "CalOdes'', nos reprendía suavemente por ello. Empezaba a ser embarazoso, sobre todo después de una docena de años.

Hembra de Cordulegaster dorsalis, derechos de autor de las fotos: Kathy Biggs, Sonoma County, California (sin fecha).

El decimotercer año

El año 13 fue un año desafortunado para nosotros. Dave cayó del tejado de 3 metros de altura de nuestra casa de verano en las montañas Cascade de California, fracturándose la pelvis. Él terminó en el hospital por algunos días y tuvo que usar un andador para ayudarse a movilizarse cuando regresamos a nuestra casa en la bahía de San Francisco, donde se recuperó. Estaba previsto que diera un programa durante este tiempo, pero sin la ayuda de Dave. Dave es mi "mano derecha, operador de proyectores, proveedor de redes y el amor de mi vida". ¡Así es como lo presento! Esta vez, di el programa sola y — una vez más —  tuve que admitir ante mi audiencia que nunca había presenciado la oviposición de Cordulegaster dorsalis.

 

Hecho en la sombra

Después de unas semanas, retornamos a nuestra casa de montaña y, luego, al hospital para devolver el andador de Dave. El hospital está en un área pantanosa y, como medida de mitigación, han colocado un estanque con pequeños arroyos de entrada y salida de agua. Cuando llegamos al hospital, le dije a Dave, “está tan bonito fuera y hemos hecho media hora de viaje para llegar aquí, vamos a pasear por los terrenos y ver qué libélulas podemos encontrar”. Él concordó.

Oviposición de Cordulegaster dorsalis, derechos de autor de las fotos: Don Roberson, Siskiyou County, California (2007).

Voila!  ¡Ahí estaba ella! ¡Una hembra de Cordulegaster dorsalis ovipositando! Rápidamente, nos dimos cuenta por qué no la habíamos visto antes. Ella estaba ovipositando en la sombra y nosotros siempre la buscábamos en áreas soleadas. Aunque éste no fue nuestro primer avistamiento de Cordulegaster dorsalis, ésta fue nuestra primera experiencia con su comportamiento único de oviposición.

 

Por fin, pude dar programas y charlas sobre libélulas y mencionar a Cordulegaster dorsalis sin acobardarme. Y "el 13" no parecía tan desafortunado como a principios de ese año.

Nuestra bloggera invitada de mayo es Kathy Biggs, quien ha sido una amante de la naturaleza su vida entera. Cuando ella construyó un estanque de vida silvestre en su jardin de Sebastopol, California, en 1996, llegaron las libélulas y ella encontró su verdadera pasión. Queriendo compartir su pasión, ella desarrolló sitios web sobre estanques de vida silvestre, libélulas de California, libélulas del suroeste y su más reciente A First Guide to the Dragonflies of Jalisco. Los sitios web maduraron y Kathy creció hasta convertirse en la autora de la primera guía de libélulas de California, Common Dragonflies of California; la primera guía de libélulas del suroeste, Common Dragonflies of Southwest; un libro para colorear y aprender sobre libélulas y su última publicación, Dragonflies of the Greater Southwest. Kathy dirige los grupos CalOdes y Building Ponds for Wildlife.  Ella es la curadora para California en Odonata Central y espera poder inspirarte a querer conocer más sobre libélulas y los humedales donde ellas habitan.

Traducción al español: Emmy Medina

Especie del mes

Especie del mes de abril: Ischnura erratica (“Cola de Horquilla Veloz”)

Ischnura erratica macho, Clatsop Co., Oregon, USA, 18 Jun 2018. (Copyright Jim Johnson)

La especie del mes de abril es Ischnura erratica, de la familia de caballitos del diablo Coenagrionidae. Dentro de su género es una de las especies más grandes, con una longitud aproximada de 33 mm. Este caballito puede ser encontrado en turberas, pozos y áreas abiertas con agua cristalina en el Noroeste de la costa Pacífica (Columbia Británica, el estado de Washington, Oregon y el Noreste de California). Sigue leyendo para descubrir todo lo que tiene que decir el rastreador de libélulas, Jim Johnson, sobre esta especie.


Buscando Odonatos

La expectativa por la llegada de la primavera y con ella, la de los primeros odonatos, se agranda mientras escribo esto desde mi casa en Vancouver, Washington. La tensión se asemeja a ver un globo inflarse más allá de sus límites: Sabes que estallará en cualquier momento, pero no sabes el cuándo exactamente. Uno de los odonatos que ansío ver cuando ese “globo estalle” es la llamativa Ischnura erratica, uno de los pocos odonatos que pueden ser descritos como especie única del Noroeste del Pacífico.

Ischnura erratica, hembra inmadura, Clatsop Co., Oregon, USA, 22 May 2015. (Copyright Jim Johnson)

Aunque no es una especie rara a los largo de la Costa Oeste de Norteamérica (desde el Sur de Columbia Británica hasta el centro de California), esta especie es encontrada menos frecuentemente que sus abundantes congéneres del Este (Ischnura cervula e Ischnura perparva). Supongo que estos escasos encuentros contribuyen a su atractivo, después de todo, la ausencia hace que el corazón se apegue. Además de todo, esta especie tiene una temporada de vuelo más corta que las otras especies, con pocos avistamientos más allá del inicio de agosto.

Habitat 

En mi experiencia, estos caballitos prefieren humedales que contienen un mosaico de vegetación emergente densa y aguas cristalinas en espacios abiertos. Encuentran ideales los humedales de cortadera (Carex spp.), estanques de castores, turberas y zanjas con vegetación abundante y un poco agua corriente. También se pueden encontrar frecuentemente a lo largo de senderos y caminos soleados en áreas boscosas donde se alimentan de mosquitos y otros pequeños insectos voladores mientras que, presumo, se toman un descanso de la agitada vida del estanque. Principalmente, asocio esta especie a las costas de Oregon y Washington, pero puede ser vista en los pasos de las montañas Cascades (y muy esporádicamente más hacia el Este).

Ischnura erratica, hembra gynocroma (“color de hembra”), Tillamook Co., Oregon, USA, 3 Jul 2016. (Copyright Jim Johnson)

Poniendo la “Horquilla” en la “Cola de Horquilla”

La “Cola de horquilla veloz” es una especie de Ischnura robusta y  relativamente grande. Su tórax tiene un patrón azul y negro bien definido, usualmente con un parche azul cerca del final de su abdomen predominantemente negro. Son unas hermosas damiselas, pero el atributo más impresionante de los machos está localizado en su extremo trasero: Los paraproctos son largos y puntiagudos, extendiéndose rectamente hacia el final como dagas. El proceso dorsal en forma de muesca en el último segmento abdominal (la “horquilla” en la “Cola de horquilla”) se eleva prominentemente por encima del segmento. Gracias a estas estructuras al final del abdomen, los machos poseen un perfil único que los hace fácilmente reconocibles incluso ignorando su coloración.

Ischnura erratica, hembra androcroma (“coloración de macho”), Marion Co., Oregon, USA, 6 Jun 2014. (Copyright Jim Johnson)

Las hembras

Como muchas otras dentro del género, las hembras de esta especie son policromáticas. Algunas tienen una coloración que se asemeja mucho a la de los machos (androcromas u homeocromas), otras son verde opaco y con patrones mucho menos diferenciados (gynocromas o heterocromas). Las inmaduras de estas últimas son muy llamativas por un corto periodo de tiempo, con marcadas manchas anaranjadas en los ojos y bandas torácicas del mismo color. A medida que maduran, estas marcas anaranjadas se tornan rápidamente en un color amarillo verdoso pálido, siempre disfruto de estas bellezas fulgorosas cuando tengo la oportunidad.

Volveré entonces a estar pendiente de las predicciones climáticas para saber cuando este “globo” podría estallar, entonces volveré a ver a mis odonatos favoritos del Noroeste del Pacífico.

Nuestro bloggero invitado del mes es Jim Johnson (gomphusjim@gmail.com). Jim ha estado tras los odonatos desde 1995, principalmente en el Noroeste del Pacífico, pero también en otros destinos en los que ha estado. Disfruta de la fotografía y la divulgación a través de la escritura y las charlas. Jim ha sido un miembro regular de la DSA, de la cual ha sido presidente y actualmente es secretario. Ha hecho parte del equipo editorial de ARGIA/BAO desde el 2005. Se dice que Jim está obsesionado con los odonatos, y él está de acuerdo con esta afirmación.

Especie del mes

Especie del mes de marzo: Cordulegaster obliqua (Say, 1839)

Un macho de libélula cola de espiga (C. obliqua) fotografiado momentos después que el primer registro estatal de una hembra ovipositando fuese atestiguado. (Michael Moore)

La especie de marzo de la DSA es Cordulegaster obliqua. Esta libélula pertenece a la familia Cordulegastridae, comúnmente conocidas como "Libélulas cola de espiga" (traducción de su nombre común en inglés). Son libélulas de mediano a gran tamaño, midiendo 72-81 mm (casi tres pulgadas de longitud total del cuerpo). Se encuentran en los Estados Unidos, desde Minnesota y la región sur de Quebec hasta el norte de Florida y Louisiana. Y, ahora, ¡Delaware! Disfruten la historia de Michael Moore sobre la búsqueda de un récord de estado y las recompensas de perseguir libélulas con un amigo experto.

Predicción de la primera Libélula cola de espiga para Delaware

Era un cálido día de finales de junio de 2015, cuando Hal White y yo buscábamos odonatos en Blackbird Creek en el bosque estatal de Blackbird en Delaware. Este arroyo tiene muchos odonatos únicos de principios de temporada para Delaware, pero el premio es una diminuta población relicario de Stenogomphurus rogersi ("Libélula cola de sable"), una de las cuatro pequeñas poblaciones que quedan en la península Delmarva.

El bosque estatal Blackbird, al norte de Smyrna, Delaware, es un área poco explorada con mucho pretendido para otros raros odonatos. Allí se ubican las cabeceras de Blackbird Creek, por lo que el arroyo es relativamente prístino allí. También tiene charcas temporales, arroyos de filtración y estanques de castores.

Pequeño arroyo en las profundidades del Bosque Estatal de Blackbird donde Hal White predijo que se encontraría la primera Libélula cabeza de flecha (C. obliqua) para Delaware.

El primer registro estatal de la Libélula cabeza de flecha (C. obliqua) fue esta hembra ovipositando en el arroyo de arriba el 9 de junio de 2016. (Michael Moore)

 

Libélula cola de sable (Stenogomphurus rogersi) (Michael Moore)


Además de la “Libélula cola de Sable”, entre los odonatos especiales de aquí se encuentran Cordulegaster maculata, antiguos registros de C. diastatops, Gomphaeschna furcillata, G. antilope, Basiaeschna janata, Didymops transversa, Progomphus obscurus y Enallagma divagans. Hubieron dos registros visuales Dorocordulia lepida, lo cual podría significar un primer registro para el estado, pero esto no ha sido confirmado aún mediante foto o especímenes.

Fuera de los caminos habituales

Hal, un profesor de química jubilado quien también estudió odonatos por más de 60 años, y yo usualmente cubriamos una ruta estándar en el bosque, comprobando varios puntos en el arroyo. Hoy, me anunció que quería llevarme a un lugar en el que nunca había estado. Nos adentramos en el bosque más de lo que nunca había ido, con Hal navegando con confianza por varias intersecciones del sendero. ¡Yo estaba perdido! Pronto llegamos a un hermoso y diminuto arroyo que cruzaba el sendero. Para mí, se parecía a muchos otros en el bosque. Hal me dijo que creía que el primer récord estatal de Cordulegaster obliqua vendría de este arroyo. Ese día no encontramos ninguna, pero ya era tarde en la temporada para ellas. Como Hal es increíblemente preciso con estas predicciones, decidí volver el año que viene durante la temporada alta.

De alguna manera encontré este arroyo el siguiente año el 8 de junio de 2016. Casi inmediatamente, fui recompensado con la vista de una hembra de Cordulegaster obliqua haciendo su camino aguas arriba, ovipositando por donde pasaba. ¡El primer registro del estado! Esa fue la primera vez que presencié el comportamiento reproductivo de un Cordulegaster. Dentro de unos pocos minutos, dos machos aparecieron. Uno posó para una gran foto. En total, estimé que habían unos seis machos cruzando arriba y abajo este pequeño arroyo aquel día. El arroyo tiene menos de un metro (casi tres pies) de ancho y quizás solo 100 metros de largos (328 pies) y, ocasionalmente, se seca.

Encontramos a Cordulegaster obliqua en los años siguientes, pero la pequeña población permaneció siendo la única conocida en Delaware. Hal nunca pudo llegar a decirme específicamente que tenía ese arroyo que lo hizo creer que Cordulegaster obliqua podría estar ahí. Él posteriormente predijo y, después, encontró una anteriormente desconocida población de Tachopteryx thoreyi.  Como dije, siempre tomo las predicciones de Hal en serio.

Nuestro bloggero invitado para marzo es Michael C. Moore (mcmoore32@gmail.com).  Mike es un recientemente profesor de biología jubilado. Él estuvo en la Arizona State University por 27 años y después en la University of Delaware por 11 años antes de retirarse un par de años atrás. Él ha publicado cerca de 100 artículos en revistas científicas sobre el comportamiento y hormonas de aves y reptiles. Actualmente, es el coordinador de proyectos de Odonata Central, el presidente de Delaware Ornithological Society, el vicepresidente de la Dragonfly Society of the Americas, y un revisor de eBIrd para Delaware.  Él mantiene un sitio web sobre los odonatos de la península Delmarva (https://www.tramea.net/dmv/index.html).

Especie del mes

Paltothemis lineatipes

Orthemis ferruginea

Paltothemis lineatipes

Paltothemis lineatipes

Hábitat de Paltothemis lineatipes, Oak Creek Canyon, Arizona.

Especie del mes de febrero: Paltothemis lineatipes

La especie de febrero de la DSA es Paltothemis lineatipes. Esta libélula pertenece a la familia Libellulidae, la mayor familia de odonatos... Se trata de libélulas de tamaño medio a grande, que miden entre 46 y 48 mm (unos cinco centímetros de longitud total del cuerpo) y que se encuentran en arroyos rocosos. Su área de distribución es el oeste de California, el norte de Oregón, el sur de México y Panamá y el este de Texas y Oklahoma.  Siga leyendo y descubra la historia de Jim Burns, que aprendió sobre las libélulas y la coloración críptica mientras acechaba a la hembra del rayador de roca rojo en Arizona.

De la observación de aves a las libélulas

Cuando migré a los odonatos después de muchos años de observar seriamente las aves, lo primero que me sorprendió de las libélulas y damiselas, al igual que de las aves, fue la variedad e intensidad de sus colores.  En octubre de 2011, fotografié mi primera libélula. ¡Un macho de Orthemis ferruginea ! Fue una "chispa" de odonto. En retrospectiva, no es una sorpresa, ya que el rojo es el caramelo de la naturaleza.

La primavera siguiente -mi primera temporada completa con Odonata- me sumergí en el Cañón Oak Creek, en la emblemática zona de rocas rojas de Arizona. Allí, vi a mi primer macho de Paltothemis. ¡Más caramelos para la vista! Su espectacular cuerpo escarlata tenía incrustaciones de finos grabados negros, y pensé que era el centro geográfico del área de distribución de la especie en cinco estados del suroeste, en nuestros coloridos cañones de Arizona. Mirando mis imágenes después del viaje, me di cuenta de que todos los machos que fotografié estaban posados en plano sobre rocas de color rojizo.  ¿Quizás había algo más en esta especie de lo que parecía? (¡Juego de palabras!)

Coloración críptica 

Los ciudadanos naturalistas, especialmente los observadores de aves, conocen bien la coloración críptica. Existe el contra-sombreado (los correlimos en una playa de arena), el mimetismo (los halcones de cola blanca imitando a los buitres) y la combinación de fondos (los búhos contra la corteza de los árboles).  Así que, sin duda, aquí, en el ámbito de los odonatos, había una coincidencia de fondo: los machos de los rascadores de roca roja sobre las rocas rojas estriadas.  ¿Pero dónde estaban las hembras?

Dondequiera que encontrará machos de roca roja, empecé a prestar más atención a las piedras, hojas y árboles circundantes. ¡Pero en vano!  No fue hasta octubre de 2014, tres años después de mi primer macho, que encontré mi primera hembra.  A lo largo de Bear Creek, un riachuelo efímero que fluye hacia el sur de las montañas Huachuca en el condado de Cochise, Arizona, encontré un par de rojos en tándem. Observé a la hembra ovipositando mientras él vigilaba.

Tenía miedo de moverme por temor a asustar a la hembra. La seguí visualmente mientras salía del agua, se dirigía a la hierba seca y desaparecía.  Estuve observando con mis prismáticos durante veinte minutos en una zona que estaba a pocos metros de mí y que sólo tenía unos pocos metros de ancho. Entonces, finalmente divisé a la hembra.  Su cuerpo bronceado y beige se mezclaba perfectamente con la cabeza de semilla de hierba muerta a la que se aferraba, y con las hierbas que la rodeaban.

En los diez años transcurridos desde que empecé a buscar activamente odonatos, probablemente he visto varios cientos de machos de esta especie.  Sólo he encontrado cuatro hembras. La más reciente fue el pasado mes de octubre, cuando vi una colgando de la punta de una rama en lo alto de un arroyo de montaña sobre un fondo moteado de hojas que cambiaban de color en otoño.  Su coloración críptica engañó al enfoque automático de mi cámara -y presumiblemente a los depredadores- con la misma facilidad con la que me ha engañado a mí todos estos años.  No pude fotografiarla porque no había suficiente contraste para que el enfoque automático de la cámara la encontrará.  Pueden estar seguros de que las hembras de los rascacielos serán una prioridad para mí esta próxima temporada.

Nuestro bloguero invitado del mes de febrero es Jim Burns, un escritor y fotógrafo de naturaleza residente en Scottsdale, Arizona.  Un observador de aves adulto de toda la vida, se pasó al "lado oscuro", Odonata, hace una década.  Puedes ver más de su trabajo sobre aves y libélulas en su página web-jimburnsphotos.com

Especie del mes

Figura 1. Macho de bailarín cerúleo, Argia anceps. Sycamore Canyon, Condado de Santa Cruz, Arizona, 23 de septiembre de 2012. Foto Pierre Deviche.

Figura 2. Lugares donde se han encontrado bailarines cerúleos, Argia anceps, en Arizona hasta diciembre de 2021. Los puntos azules muestran nuevas localidades donde se ha encontrado la especie desde 2018. Datos por cortesía de Richard Bailowitz.

Figura 3. Pareja de bailarina cerúlea, Argia anceps, en tándem. Sonoita Creek, condado de Santa Cruz, Arizona, 28 de octubre de 2017. Foto Pierre Deviche.

Figura 4. Hábitat del bailarín cerúleo, Argia anceps, en Arizona. Foto superior: Scotia Canyon, Cochise Co; foto inferior: Cienega Creek, Pima Co. Fotos Pierre Deviche. 

Especie destacada de enero: Bailarina cerúlea (Argia anceps)

La especie de la DSA de este mes es la Bailarina cerúlea, Argia anceps. Este caballito del diablo pertenece a la familia Coenagrionidae. Es un caballito del diablo de gran tamaño, que mide entre 38 y 41mm (alrededor de 1 ½ pulgadas). El área de distribución de esta especie incluye desde Arizona hasta Panamá. Siga leyendo para escuchar a Pierre Deviche, profesor de Fisiología Ambiental de la Universidad Estatal de Arizona, contar historias fascinantes de la observación de este caballito del diablo en el suroeste. 


Otoño en Arizona

El otoño en Arizona es siempre una época emocionante para buscar odonatos. Para entonces las temperaturas no son tan calurosas como en pleno verano. Y en la mayoría de los años, el monzón de verano trae agua al árido desierto de Sonora, haciendo que los paisajes marrones y desecados se vuelvan verdes con nueva vegetación y provocando una explosión de vida de insectos. Para los interesados en los odonatos, el otoño ofrece la oportunidad de encontrar especies poco comunes que se trasladaron al norte desde México durante la temporada de monzones. Uno de los mejores lugares para buscar este tipo de especies es el Cañón del Sicómoro, en el condado de Santa Cruz, situado justo al norte de la frontera internacional y donde, entre otros, se han documentado estas especies en los últimos años Argia oculata, Dythemis maya, Erpetogomphus elaps y Macrothemis pseudimitans.

 

Un error honesto

Durante una visita al Cañón del Sicómoro el 23 de septiembre de 2012, observé y fotografié un Argia macho que identifiqué como un bailarín de la Sierra Madre (A. lacrimans), una damisela poco común con una pequeña población establecida en este lugar. Nada más habría salido de esta observación, si no fuera porque en marzo de 2013, mientras realizaban una prospección en el río San Pedro, Richard Bailowitz y Douglas Danforth tropezaron con un macho inmaduro de bailarín cerúleo (A. anceps). En ese momento, se asumió que este individuo proporcionaba el primer registro de Estados Unidos de esta especie mexicana (Danforth et al. 2013). Nunca me había encontrado con estas Argias cerúleas -o eso creía- y no estaba familiarizado con las características que los separan de su taxón similar, el bailarín de la Sierra Madre. Por curiosidad -e intrigado por el descubrimiento de Bailowitz y Danforth- decidí, por si acaso, volver a examinar mis fotos de Arizona del bailarín de la Sierra Madre. Fue entonces cuando el individuo fotografiado el 23 de septiembre de 2012 resultó ser una Argia anceps o Bailarin cerúleo.

¡Hacia el norte con las damiselas azules!

Pero la historia no terminó ahí. De hecho, ¡se puso más interesante! Después de 2013, los bailarines cerúleos comenzaron a ser reportados regularmente desde lugares adicionales de Arizona, y a veces en números significativos. Por ejemplo, encontré siete machos a lo largo de Sonoita Creek en el condado de Santa Cruz en noviembre de 2014. En diciembre de 2021, vi ocho de ellos durante una sola visita a la Reserva Natural de Cienega Creek en el condado de Pima (OC # 1935780). A finales de 2021, los bailarines cerúleos habían sido registrados en 31 sitios del sur de Arizona en cuatro condados, y en elevaciones entre 618 m y 1.832 m (Figura 2), revelando una extensa y rápida expansión del rango hacia el norte durante los últimos diez años. Además, solo durante los últimos cuatro años (2018-2021), Argia anceps se encontró por primera vez en nueve de estos 31 sitios. Esto incluye un individuo en el condado de Pinal (Arizona central, noviembre de 2021; OC # 1935263), muy al norte de donde se había visto la especie hasta entonces. 

La expansión del área de distribución de la bailarina en el estado aparentemente sigue en curso. Es posible que A. anceps siga marchando hacia el norte. La mayoría de las observaciones hasta la fecha han sido de machos, pero también se han visto parejas, lo que sugiere una reproducción local. Las poblaciones de Arizona probablemente comprenden individuos que volaron desde México, además de los reproductores locales.

Un futuro incierto

No se conoce ninguna otra especie de odonatos en el suroeste que haya experimentado un aumento de su área de distribución tan rápido y grande como el mostrado por los bailarines cerúleos. ¿Cuánto tiempo, cuán al norte y cuán persistente será la colonización de Arizona por parte del bailarín? Las áreas de distribución de las especies pueden expandirse y replegarse con el tiempo por una miríada de razones a menudo insondables, y sólo el tiempo lo dirá. Pero vale la pena señalar que A. anceps es bastante ecléctica en términos de preferencia de hábitat. Se encuentra en cañones estrechos, así como a lo largo de arroyos lentos y de montaña, y también en ríos importantes.

Es tentador concluir que esta flexibilidad en la elección del hábitat ha contribuido al éxito reciente de la especie, pero la pregunta sigue siendo: En las próximas décadas, ¿se convertirá A. anceps en un habitante habitual de los cursos de agua de Arizona o, dentro del estado, seguirá el camino del dodo?

 

Referencias citadas:

Bailowitz, R., Danforth, D., y Upson, S. 2015. Guía de campo de las damiselas y libélulas de Arizona y Sonora. Guías Nova Granada, Tucson, Arizona.

Danforth D., Bailowitz R., y Deviche P. 2013. "Bailarina cerúlea, Argia anceps, una nueva especie para los Estados Unidos". ARGIA 25: 10-11.

 

Nuestro bloguero invitado de enero es Pierre Deviche (deviche@asu.edu), profesor de fisiología ambiental en la Universidad Estatal de Arizona (ASU) en Tempe. El laboratorio de Pierre en la ASU investiga las adaptaciones fisiológicas de las aves autóctonas a su entorno, especialmente sus respuestas a las condiciones extremas y a la urbanización. Cuando no está ocupado en su trabajo, a menudo se le puede encontrar observando y fotografiando odonatos por toda Arizona. Pierre desarrolló y mantiene el sitio web de odonatos de Arizona, http://azdragonfly.org/.