Especie del mes

Especie del mes de abril: Zoniagrion exclamationis (“Exclamation Damsel”)

Zoniagrion exclamationis Sebastopol, Sonoma County, California. Photo by Dave Biggs (2014)

Nuestra especie DSA del mes de abril es Zoniagrion exclamationis, de la familia Coenagrionidae. Su longitud es de 33-35 mm (poco menos de una pulgada y media). También es la única especie del género Zoniagrion. Es una especie endémica de California con dos signos de exclamación azules en la parte superior del tórax y vistosas manchas azules en los ojos. Los machos tienen el abdomen oscuro con azul en los segmentos 7 a 9, mientras que las hembras solo tienen azul en los segmentos 8 y 9. Se reproducen en arroyos bordeados de lodo y se pueden encontrar en arroyos en bosques. Acompaña a la cazadora de libélulas Kathy Biggs mientras nos cuenta su encuentro con esta especie y cómo cambió la forma en que los cazadores de libélulas aprenden sobre ella hoy.

Cómo la “Exclamation Damsel” obtuvo su nombre común

Al principio, en el mundo de las libélulas, las especies solo tenían nombres científicos. En noviembre de 1996, el comité de nombres de Dragonfly Society of the Americas propuso nombres comunes en inglés por los que los miembros podían votar. Uno de esos nombres comunes me impidió hacer mi primera identificación Odonata. Pero entonces yo, muy novata, ayudé a dar un nombre común a una especie.

Vivo a solo una hora al norte de San Francisco, a unas 12 millas de la costa del Pacífico. En 1996, estudié las libélulas en mi recién creado estanque. En 1997, armada con la nueva lista de nombres comunes, decidí buscar algunos odonatos en un parque cercano.

En mi primer día de buscar libélulas, encontré una Ischnura con azul en el tórax y un abdomen oscuro con una "cola" azul que incluso para mi, una principiante, parecía un poco más grande que las otras Ischnuras del estanque de mi patio trasero. ¿Qué podría ser?

Hembra de Zoniagrion exclamationis, Sonoma County, California. Foto: Jim Burns (June, 2018).

Mirando mi lista de libélulas de California, encontré Argias. No, no podía ser una, demasiado color azul. Enallagma? No, tampoco podría ser, demasiado azul en ellas también. ¿Ischnura? Demasiado pequeña. Luego, estaba la “Sierra damsel”. No, yo no estaba en las Sierras, estaba en tierras bajas.

Estaba desconcertada, ¿qué podría ser?

Dennis Paulson había visto mi lista del estanque de libélulas en línea y me había enviado una pequeña corrección, mi Argia moesta era más probablemente una hembra madura de Ischnura perparva. ¡Ajá! ¡Dennis podría identificar a mi libélula desconocida! Me comuniqué con él y me dijo que era una “Sierra damsel” (Zoniagrion exclamationis).

¡Me sentí ofendida! El nombre común me había desviado. Me quejé con Dennis al respecto. Luego dijo algo sobre su posición en el comité de nombres y que este primer año el comité consideraría cambios sugeridos. Finalmente, nos animó a pensar en un nuevo nombre común más adecuado.

Mi esposo Dave, Tim Manolis, Andy Rehn y yo comenzamos a pensar en nombres. Nos dimos cuenta de que para los no californianos, el nombre “Sierra” les recordaba nuestro estado. Pero para nosotros, significaba altas montañas. Y esta no era una especie de montaña.

Hembra de Zoniagrion exclamationi), Sonoma County, California. Foto: Bob Berhstock. (1999)

Mientras buscábamos un nombre, resultó que cada nombre que elegimos ya estaba en uso. ¿”Shadow Dancer”? A Zoniagrion exclamationis le gusta la sombra, pero Shadow Damsel ya estaba en uso para Palaemnema domina. Otros nombres simplemente no parecían correctos.

Finalmente, nos dimos cuenta de que este caballito del diablo tiene dos signos de exclamación azules sobre su tórax. Su nombre científico incluye “exclamationis”. ¿Por qué no llamarla “Exclamation Damsel”? Dudamos, pero lo presentamos de todos modos. Entonces, esperamos. La votación no fue unánime, pero prevaleció el nombre “Exclamation Damsel”. ¡Estaba tan emocionada!

Ahora, puedo decir que he tenido un papel en nombrar a un hermoso caballito del diablo.

Kathy Biggs, Sonoma County, California. Photo by Dave Biggs. (2000)

Nuestra bloguera invitada de abril es Kathy Biggs, quien ha sido una amante de la naturaleza toda su vida. Cuando construyó un estanque de vida silvestre en su patio trasero en Sebastopol, California, en 1996, llegaron las libélulas y encontró su verdadera pasión. Queriendo compartir su pasión, desarrolló sitios web de los encuentros en su estanque, California Dragonflies, Southwest Dragonflies y, más recientemente, A First Guide to the Dragonflies of Jalisco. Los sitios web crecieron hasta que Kathy se convirtió en la autora de la primera guía de libélulas de California, Common Dragonflies of California, la primera guía de libélulas del suroeste, Common Dragonflies of Southwest, un libro para aprender y colorear sobre libélulas y su última publicación, Dragonflies of the Greater Southwest. Kathy administra los Grupos CalOdes y Building Ponds for Wildlife. Kathy es la curadora de California en Odonata Central y iNaturalist California y Jalisco, MX. Ella espera poder inspirarte para que conozcas las libélulas y los humedales en los que viven.


Traducido por: Juliana Sandoval H.

Especie del mes

Especie del mes de marzo: Nehalennia gracilis

Nehalennia gracilis. David Smith, Julio 25 o Agosto 4, 2022 en Elfin Bog cerca a Hibbing, Minnesota.

Nehalennia gracilis (Coenagrionidae) es una de las seis especies del género, tres de las cuales se encuentran en la zona templada de América del Norte; estas últimas tienen rangos superpuestos y una preferencia compartida por los hábitats pantanosos, miden aproximadamente una pulgada de largo. Los machos se distinguen más fácilmente en el campo por su color azul sólido desde el segmento S8-S10 y por una barra occipital alargada. Las hembras se distinguen más fácilmente de otras hembras del mismo género por el patrón negro y azul de los segmentos S8-S10, así como por la barra occipital. Bajo el estereoscopio, hay características distintivas adicionales en los apéndices masculinos y el protórax femenino. Durante la búsqueda de Nannothemis bella en el verano de 2022, David Smith y su esposa, Suzanne Winckler, se sorprendieron al descubrir Nehalennia gracilis en Minnesota. Sigue leyendo para saber más sobre sus aventuras.

Una salida, ¡dos Nehalennias!

Nehalennia es una palabra de posible origen celta que significa “ella cerca del mar” (Bernardo Stempel 2004), es una diosa de múltiples presuntos poderes adorada durante siglos en el norte de Europa. Nehalennia es también el nombre que Sélys Longchamps (1850) le asignó a un nuevo género de Zygópteros diminutos de la familia Coenagrionidae. Nehalennia gracilis es similar en tamaño y apariencia general a la más común, N. irene. Cada uno tiene actividad en vuelo de mayo a agosto, y las dos especies comparten preferencias de hábitat y, a menudo, se encuentran juntas dentro de sus rangos superpuestos. Debo señalar que la especie del sur (N. integricollis), cuyo rango está restringido al sureste de los EE. UU., también es similar en apariencia y puede coexistir con el N. gracilis, pero esta es una especie desconocida para mí.

Rangos de distribución de Nehalennia irene (superior) y N. gracilis (inferior). Datos de OdonataCentral.org.

En la descripción original de Albert P. Morse de N. gracilis (1895), señaló que sus especímenes tipo de Massachusetts fueron "Tomados cerca de estanques estancados en turberas en compañía de N. irene, especie con la que se ha confundido hasta ahora". Las fotos en la Figura 2 quizás resalten cómo la separación de estas especies podría evadir la observación casual.

Comparación fotográfica de N. gracilis (a y b) y N. irene (c y d). Machos (a y d) y hembras (b y c). David Smith, 25 de julio o el 4 de agosto de 2022, Elfin Bog cerca de Hibbing, Minnesota.

No estaba preparado para ver a N. gracilis en nuestra excursión en busca de Nannothemis bella cerca de Hibbing, Minnesota, el pasado 25 de julio. Vimos numerosas Nehalennias entre las esteras flotantes de sphagnum en Elfin Bog, como se ve aquí.

Suzanne Winckler tomando fotografías en Elfin Bog el 4 de agosto de 2022. Este pantano es típico del área, con una alfombra flotante de especies deSphagnum intercaladas con hierba de algodón (Eriophorum angustifolium) y planta de jarra púrpura (Sarracenia purpurea) y rodeado de Picea Negra (Picea mariana).

Inicialmente estaba llamando a todos estos N. irene, sin embargo, me sentí un poco incómodo con los especimenes que estaba identificando. Algunos simplemente se veían diferentes. Como siempre, tomé fotos; Solo después de examinar cuidadosamente estas fotografías en la computadora de mi casa y compararlas con las Nehalennias en las guías de campo, me di cuenta de que habíamos visto N. gracilis, una especie nueva para nosotros y, como resultado, para el estado de Minnesota.

Darnos cuenta de esto nos envió en un viaje de regreso el 4 de agosto a Elfin Bog donde, con previsión, disfrutamos viendo N. gracilis junto con N, irene y algunos Nannothemis bella. Para mí, esta experiencia resalta lo útil que ha sido para mi la fotografía, ya que me da acceso permanente a los detalles estructurales para apreciar e identificar mejor los odonatos.

David Smith es un biólogo molecular jubilado que ahora se dedica a la fotografía de aves, mariposas y, por supuesto, odonatos. Él y Suzanne Winckler dividieron su tiempo entre sus bases de operaciones en Embarrass, Minnesota y Álamos, Sonora, México mientras fotografiaban la naturaleza en muchos lugares. Se le puede contactar en smith.david26@gmail.com.


Traducido por: Juliana Sandoval H.

Especie del mes

Especie del mes de febrero: Nannothemis bella

Nannothemis bella (macho), derechos de autor de la foto Suzanne Winckler, 4 de agosto de 2022, cerca de Hibbing, MN.

La especie del mes de febrero de la DSA es Nannothemis bella (Elfin Skimmer). Nannothemis es un género monotípico de la familia Libellulidae. Esta es la libélula más pequeña de América del Norte. Mide de 19,05 cm a 25,4 cm de largo. Los registros de Odonata Central para la especie se encuentran dispersos desde el este de Canadá hacia el sur hasta el este de los EE. UU. Desde Nueva Inglaterra hasta los estados del Golfo. Sin embargo, N. bella está restringida casi exclusivamente a los pantanos, que son pocos y distantes entre sí, de difícil acceso y mal protegidos dentro del área de distribución de la especie. Siga leyendo para descubrir cómo Suzanne Winckler y su esposo, David Smith, se propusieron encontrar a N. bella en las ciénagas boreales del noreste de Minnesota, en el borde occidental de su área de distribución, donde es poco conocido.

David y yo pasamos la temporada de odonatos, el verano, en el noreste de Minnesota. Uno de nuestros recursos de referencia es Dragonflies of the North Woods de Kurt Mead. Un día, mientras hojeaba su guía, le dije a David: “Quiero ver a N. Bella”.

Mapa de distribución de Nannothemis bella cortesía de Odonata Central.

Además de su distinción como la libélula más pequeña de América del Norte, el otro atractivo de N. bella es donde es más probable encontrarlo: en pantanos flotantes con vegetación pequeña. ¡Me encantan los pantanos flotantes! Ningún otro paisaje es tan mágico de contemplar. Ningún otro paisaje es tan divertido para tratar de caminar. ¿A quién le importa si estos lugares inundados a menudo están plagados de mosquitos y tábanos en el verano?

Pantano flotante cerca de Hibbing, Minnesota, el 25 de julio de 2022, donde encontramos a Nannothemis bella. Derechos de autor de la foto: Suzanne Winckler.

David identificó una ciénaga en Google Earth que parecía ser de fácil acceso. El verano pasado, el 25 de julio, condujimos hasta terrenos estatales cerca de Hibbing, Minnesota, y encontramos una parada en la autopista para estacionar. Momentos después de caminar por un antiguo camino forestal a través del bosque, avanzando un poco a medida que el terreno se volvía más pantanoso, llegamos a un estanque resplandeciente rodeado de montículos de Sphagnum cubiertos de juncos. Era como si hubiéramos atravesado un umbral invisible hacia otro reino. Nos metimos en el pantano y comenzamos a buscar.

En lo que parecieron tan solo unos minutos, estaba mirando hacia abajo, buscando en el bosque de bonsáis de musgo, juncos, plantas carnívoras y arándanos, cuando, ¡bam!, N. bella se materializó espontáneamente a un metro de distancia. “David, David”, dije en un fuerte susurro, “N. bella, N. bella, hembra”. Y David se escurrió hacia mí.

Tomé mis primeras fotos. La miré a través de mis binoculares. Simplemente la miré con mis ojos desnudos. Parecía una avispa y muy pequeña. ¡Estoy hablando de una pequeña Pulgarcita! Era más pequeña que la primera articulación de mi pulgar. Las fotos de primer plano no logran capturar tal pequeñez.

Hembra Nannothemis bella, derechos de autor de la foto: Suzanne Winckler, cerca de Hibbing, MN, 25 de julio de 2022.

Recuperamos la compostura, más o menos. Pasamos otro par de horas eufóricas buscando odonatos, contando un total de 11 especies.

Macho de Celithemis elisa, una de las otras 10 especies que vimos además de N. bella, derechos de autor de la foto: Suzanne Winckler, cerca de Hibbing, MN, 25 de julio de 2022.

Lestes unguiculatus, otro gran odonato en nuestra primera búsqueda de N. bella en el norte de Minnesota, 25 de julio de 2022, derechos de autor de la foto: Suzanne Winckler.

En cuanto a N. bella, encontramos 12 hembras y 1 macho.

Macho de Nannothemis bella posado junto a una planta carnívora muestra lo verdaderamente diminuta que es N. bella. Este individuo fue fotografiado por Suzanne Winckler en una visita posterior al pantano cerca de Hibbing, MN, el 4 de agosto de 2022. Derechos de autor de la foto: Suzanne Winckler.

Mientras caminábamos trabajosamente en el pantano flotante, nuestras botas de goma hacían sonidos de succión cada vez que extraíamos un pie del Sphagnum para avanzar otro paso inestable. Varias veces, cuando estaba sobre una estera de Sphagnum fotografiando un odonato, sentí que me hundía e inclinaba al mismo tiempo. Se me pasó por la cabeza que si hubiera estado sola y no hubiera hecho algunos realineamientos rápidos, me hundiría en la ciénaga.

Tal vez algún arqueólogo me encontraría momificada dentro de 10.000 años. Y nadie sabría nunca que desaparecí en mi búsqueda para ver a N. bella.

Suzanne Winckler es una periodista semi-retirada que comparte el interés por el mundo natural con David Smith. Viven en los bosques de la zona rural de Minnesota, EE. UU., y en un pequeño pueblo de Sonora, México.


Traducido por: Juliana Sandoval H.

Especie del mes

2023

Especie del mes de enero: Enallagma civile

Macho de Enallagma civile,  Floyd County, Texas. Photo by Danielle Husband (Julio 26, 2021).

La especie del mes de enero de la DSA es Enallagma civile, de la familia de caballitos del diablo de alas estrechas Coenagrionidae. Su longitud aproximada es de 28 a 39 mm. Este es uno de los caballitos del diablo más comunes en Canadá, Estados Unidos y México. Acompaña a la estudiante del Texas Tech McIntyre Lab, Danielle Husband, en un hermoso día de investigación de odonatos en Texas Panhandle mientras aprende a apreciar esta conocida especie.

Una oda al odonato común

En 2019, comencé mi maestría en Texas Tech en el McIntyre Lab. ¡Poco sabía que estaba entrando en un mundo completamente nuevo! Los odonatos, como dice mi asesora, la Dra. Nancy McIntyre, son los insectos que también logran obsesionar a los observadores de aves. Entonces, colgué mis binoculares de observación de aves de 10 x 42, tomé un cazamariposas y me dirigí al oeste de Texas.

Admito que no sabía casi nada acerca de los odonatos cuando comencé. Claro, podría identificar algunas de las libélulas más grandes y coloridas, pero cuando aparecía cualquier caballito del diablo azul, estaba completamente perdida. Afortunadamente, tenía tres herramientas a mi disposición para garantizar el éxito al momento de identificarlas: mi asesora, la Dra. Nancy McIntyre; Dragonflies and Damselflies of the West de Dennis Paulson, y Damselflies of Texas de John Abbott.

Macho de Enallagma civile perchado en una playa, Floyd County, Texas. Foto de Danielle Husband (Julio 26, 2021)

Para mi investigación de maestría, tenía que identificar correctamente los odonatos adultos para poder reportar la riqueza de especies de cuatro tipos generalizados de humedales. Para ponerlo en contexto, hay más de cien especies de odonatos reportadas en el Panhandle de Texas. Era un trabajo hecho para mí.

La humilde Enallagma civile me llevó por algunas encrucijadas en los primeros días. Por alguna razón, mi ojo inexperto quería convertir cada Enallagma civile en alguna otra especie azul brillante. La mayoría de las tardes le enviaba a mi asesora fotos de caballitos del diablo marrones o azules, a lo que ella respondía: “E. civile”. ¡Otra vez! Muy pronto, sin embargo, aprendí a identificar estos caballitos del diablo comunes.

Macho de Enallagma civile en la mano Floyd County, Texas. Foto de Danielle Husband (Julio 26, 2021)

Mientras trabajaba en mi proyecto de grado, pasé mucho tiempo escribiendo y llamando a los dueños de las tierras para pedirles permiso para muestrear en los humedales de su propiedad. Tuve suerte con un hermoso sitio de "playa" (similar a una cuenca del desierto) en el condado de Floyd, Texas. Recientemente se había llenado con agua de lluvia… ¡y odonatos! Las E. civile estaban tomando el sol en cualquier superficie en donde eran capaces de posarse en este impresionante humedal. Sigue siendo uno de mis recuerdos favoritos de caballitos del diablo.

Una playa exuberante en Texas Panhandle en un día claro, Floyd County, Texas.  Foto de Danielle Husband (Julio 26, 2021).

Eventualmente, llegué a apreciar la "familiaridad" del Familiar Bluet (nombre común en inglés de E. civile). Estuvieron constantemente en cada sitio de campo que visité. Desde lagos urbanos hasta humedales rurales, aparecieron en todo su esplendor azul, gris o marrón.

Enallgma civile perchadas en posición de rueda en vegetación de borde, Floyd County, Texas.  Photo de Danielle Husband (Julio 26, 2021). 

¡Para este 2023, brindo por las nuevas especies! Pero también, aprovecho para hacer un recordatorio para apreciar siempre lo familiar. ¡Feliz año nuevo!

Danielle Husband obtuvo su maestría en biología de Texas Tech en 2022. Mientras estaba en la escuela de posgrado, se desempeñó en el equipo de redes sociales de Worldwide Dragonfly Society. En la primavera de 2021, recibió la subvención de apoyo a la investigación de odonato de la DSA. Hoy busca empleo a través del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU. para continuar contribuyendo a la conservación. Puede ponerse en contacto con ella en dhusband94@gmail.com o en Instagram @danielle.husband.

Especie del mes

Especie del mes de Diciembre: Heteragrion calendulum

Macho de Heteragrion calendum. Desafortunadamente, la humedad arruinó nuestras cámaras y estas son las mejores fotos que logramos. Foto: Juliana Sandoval-H.

La especie del mes de la DSA es Heteragrion calendulum, de la familia Heteragrionidae. Mide aproximadamente 33 mm de longitud, se distribuye desde el sur de Costa Rica hasta Colombia. Sigue las aventuras de Juliana Sandoval al encontrar esta especie rara.

Un Encuentro Fortuito

Muchas de las historias que se cuentan en este blog hablan de grandes esfuerzos para encontrar, fotografiar, o colectar una especie. Hoy les vengo a contar sobre un afortunado evento que nos llevó a encontrar una especie que Edward Bruce Williamson, un prominente entomólogo y dedicado naturalista, estuvo buscando hace más de 100 años. La gran pasión que las libélulas despertaban en este banquero de Indiana lo hizo embarcar en expediciones desde las Islas del Caribe hasta el Amazonas, describiendo muchas especies y compilando una de las colecciones de libélulas más importantes del mundo.

Debo empezar esta historia contándoles lo afortunada que soy. Nací en Colombia y tuve la oportunidad de estudiar biología, desde entonces, he participado en diferentes proyectos que me han permitido vivir por largas temporadas en las más hermosas selvas, desde la Amazonía peruana, pasando por los Andes colombianos y sus valles, hasta el Chocó biogeográfico.

Uno de estos lugares es un pequeño pueblo llamado Santa Cecilia (Risaralda), ubicado en el piedemonte de la Cordillera Occidental, de cara a la vasta selva chocoana. Santa Cecilia tiene una corta pero dura historia. Sus primeros habitantes fueron pueblos indígenas nativos, hace un par de cientos de años los pueblos afro se asentaron en la espesa selva huyendo de la esclavitud, finalmente llegó la “civilización”, que a finales de los 80s trajo la carretera, con ella llegaron los camiones que desde el primer día empezaron a sacar la madera cortada de estas selvas y que hasta hoy lo siguen haciendo. Alrededor del año 2005, el horror de la guerra hizo de este pueblo, de 400 habitantes en ese entonces, un lugar poco amigable para locales y forasteros. En la actualidad la situación ha mejorado y la población de Santa Cecilia es ahora de casi 9000 habitantes. A pesar de su difícil historia, Santa Cecilia es un lugar encantador, rodeado de ríos cristalinos y selvas que albergan miles de especies conocidas y probablemente otros cientos de especies desconocidas para la ciencia.

Las quebradas y ríos de los alrededores de Santa Cecilia, por donde corren aguas cristalinas. Foto: C. Bota.

Para llegar a los lugares más conservados de la selva teníamos que subir y bajar montañas muy empinadas. Uno de los lugares más increíbles, y donde comienza esta historia, es la Quebrada Ranas de Cristal, en donde, casi que sin esfuerzo, se pueden encontrar ranas de cristal (de la familia Centrolenidae) en la vegetación de la quebrada. Pero el verdadero esfuerzo es el que hay que hacer para llegar hasta este lugar. La travesía empieza en Santa Cecilia desde donde subimos 300 m en elevación por una trocha muy empantanada hasta llegar al alto, desde el que descendemos hasta la hermosa Quebrada Mumburutó (500 m. snm.), aquí pasábamos con gran cautela para no molestar a la Garza del Sol (Eurypyga helias), que para el momento de esta historia anidaba sobre la quebrada. Después volvíamos a ascender por una trocha muy empinada hasta alcanzar una elevación de 850 m, el último descenso nos llevaba a nuestro destino a 650 m de elevación.

Este recorrido lo hacíamos con cierta frecuencia, era duro, pero valía la pena. Siempre nos encontrábamos aves, serpientes, ranas, mamíferos, e insectos increíbles, entre ellos las temidas Congas (Paraponera sp.) y por supuesto, muchas libélulas increíbles como Megaloprepus caerolatus, Miocora aurea o Philogenia martae; algunas especies de Palaemnema, Heteragrion, Argia, Orthemis, Erythrodiplax y Hetaerina;  y algunos gomphidos, entre otras que con seguridad estoy olvidando en el momento.

La Quebrada Ranas de Cristal está en el corazón de la montaña. Foto: C. Bota.

Pero las libélulas son criaturas exigentes que vuelan felizmente casi exclusivamente en días soleados, y teniendo en cuenta que la precipitación en este lugar está alrededor de los 6500 mm anuales, ver los rayos de sol no es algo fácil. El escenario más común es un cielo azul y un sol brillante en las mañanas, antes del mediodía, densas nubes se empiezan a apoderar del cielo y eventualmente un huequito entre las nubes deja pasar un rayo de sol por unos cuantos minutos. Era este el momento en el que teníamos que estar listos, pues las libélulas aparecían en todo su esplendor.

La mañana del 16 de febrero de 2017 no fue diferente, estaba muy nublado en la quebrada y decidimos que ya era hora de emprender el largo camino de regreso. Cuando íbamos saliendo, el sol decidió brillar una vez más, y tengo el vívido recuerdo de ver dos libélulas muy pequeñas pero de un rojo muy brillante, bajando hacia la quebrada entre la vegetación. Cornelio Bota iba de primero, y como siempre, con la red lista. Antes de yo poder decir algo, él ya las había atrapado. Le pregunté qué especie era, porque estaba segura de que yo no la había visto antes, y para mi sorpresa, él, que se ha dedicado a estudiar estos animalitos la mayor parte de su vida, tampoco tenía idea de qué pudieran ser. Cuando las sacamos de la red pude ver lo que es para mí la libélula más linda que he visto. Con una frente amarilla brillante, como si fuera de escarcha, y un abdomen rojo encendido.

Las nubes sobre las montañas que teníamos que atravesar para llegar a la quebrada. Foto: C. Bota.

Nos devolvimos muy emocionados por haber encontrado esta libélula misteriosa. Pero la emoción fue mayor cuando finalmente desciframos su identidad y la historia detrás de esta especie. Cien años antes, en febrero 17 de 1917, Williamson estaba en una expedición en el Valle del Magdalena (Colombia) cuando encontró el único macho conocido (y espécimen tipo) de esta especie hasta el momento de nuestra historia, lo llamó Heteragrion calendulum, basándose en “las áreas metálicas brillantes en el vértex”. Cuando leemos su texto científico, también reconocemos que la emoción que él sintió al encontrar este animal no fue menor a la nuestra. Esto, y el misticismo detrás de nuestro encuentro exactamente 100 años después, nos hizo sentir una conexión (probablemente no merecida) con Williamson.

En su texto, Williamson describe el esfuerzo que hizo, en vano, para encontrar otros ejemplares de esta especie en su expedición. Nosotros fuimos afortunados de encontrar, además del macho, a la hembra, que no se conocía. A parte de Williamson, nadie había vuelto a reportar esta especie, hasta que la suerte, unos rayos de sol, y estar en el lugar y momento precisos, nos permitieron redescubrirla. Al final, resultamos completando el esfuerzo de Williamson de encontrar más individuos de esta especie en Colombia.

Hembra de Heteragrion calendulum. Foto: Juliana Sandoval-H.

Nos hace muy felices haber encontrado esta especie, sin embargo, tememos por su futuro. El bosque en la localidad tipo (lugar de donde fue descrita) desapareció hace mucho tiempo, esperamos que la vasta selva Chocoana perdure como refugio para esta y muchas otras especies que están perdiendo su hábitat original.

Juliana Sandoval-H ha pasado la mayor parte de su vida académica explorando selvas tropicales, principalmente en busca de libélulas y aves. Ella es una de las autoras de la guía de campo “Libélulas de la Cordillera Occidental Colombiana, una mirada desde El Tatamá”. Si quieres contactarla escríbele al correo electrónico julisando@gmail.com.

Especie del mes

Especie del mes de Noviembre: Argia apicalis

Macho de Argia apicalis. Fotografía tomada en el condado de Mercer, Nueva Jersey, por Amanda Whispell.

La especie del mes de noviembre de la DSA es Argia apicalis, de la familia Coenagrionidae, o caballitos del diablo de alas estrechas. Su longitud es de aproximadamente 33 - 40 mm (alrededor de una pulgada y media). Su amplia distribución comienza en el río Mississippi y se extiende por la mayor parte de la parte este de América del Norte, excepto por el extremo norte. Acompaña a la cazadora de odonatos y editora de la revista ARGIA, la Dra. Amanda Whispell, mientras descubre la alegría de los odonatos y su vocación.

Pequeño insecto, gran pasión

Mi historia con Argia apicalis comienza en la escuela de posgrado de la Universidad de Rutgers. En realidad, no me había planteado estudiar insectos, ya que mis estudios universitarios estaban enfocados en ciencias marinas. En realidad, elegí la entomología como programa de doctorado por un poco de capricho. Lo que quería estudiar era el comportamiento animal. Cuando mi vida me llevó a Nueva Jersey para cursar estudios de posgrado, la única persona que encontré estudiando el comportamiento en la Universidad de Rutgers fue el Dr. Mike May, en el departamento de entomología, pero él estaba planeando jubilarse y no estaba asesorando a nuevos estudiantes de doctorado.

Me decepcionó que estuviera recibiendo nuevos estudiantes, pero decidí que seguiría adelante con la solicitud de todos modos y que me preocuparía por el asesor más adelante. Me aceptaron en el programa y durante el primer año me centré en los cursos. No había hecho ningún curso de entomología en el pasado, salvo un módulo de biología de invertebrados, así que tenía mucho que aprender. Pero la idea de trabajar con Mike seguía en mi cabeza. Sólo tenía que averiguar cómo convencerlo de que él en relidad quería una última alumna.

Cuando llegó el momento de empezar mi investigación, me acerqué de nuevo a Mike. Esta vez le pregunté si había habido alguna pregunta o sistema de investigación en particular en el que había esperado que se centrara un estudiante, pero que no hubiera dado frutos. Me dijo que sí. Entonces le dije que no sólo estaría encantada de estudiar ese sistema, sino que estaría dispuesta a hacerlo sin pedir mucho de él, para que pudiera dedicarse a su jubilación, si aceptaba ser mi asesor. Para mi alegría, finalmente aceptó.

Mike me dio mucha información sobre los odonatos que cambian de color a lo largo de su vida en general y sobre una especie de caballito del diablo, Argia apicalis, cuyo nombre común en inglés es “Bailarina de frente azul”. Su nombre es muy apropiado, ya que tiene la cara, o la frente, del azul más brillante que se puede encontrar en un Zygoptero en el noreste de los Estados Unidos.

Macho de Argia apicalis. Fotografía tomada en el condado de Mercer, Nueva Jersey, por Amanda Whispell.

Las bailarinas de frente azul son unos interesantes Caballitos del diablo (Coenagrionidae) que prefieren el agua en movimiento a los estanques. También tienen afinidad por estructuras y caminos hechos por el hombre, en donde los machos se adueñan de pequeños territorios. Aunque esta especie no se considera territorial, he documentado múltiples casos de machos que defienden el mismo lugar en un sendero durante una semana o más, así que creo que es seguro considerarlos al menos "cuasi territoriales" (es decir, un poco territoriales). Los machos maduros y las hembras azules (también hay un morfo marrón) cambian de color con más facilidad que otros zygópteros, que sólo cambian de color en respuesta a las fluctuaciones de temperatura. ¡Estas audaces damiselas cambian de color cuando copulan!

Mature male. Photographs taken in Mercer County, New Jersey, by Amanda Whispell.

Mature blue female. Photographs taken in Mercer County, New Jersey, by Amanda Whispell.

Mature Argia apicalis brown female. Photographs taken in Mercer County, New Jersey, by Amanda Whispell.

Me entusiasmó conocer esta libélula azul brillante que cambia de color. La primera vez que Mike me llevó al campo, yo apenas podía distinguir un Argia de una Enallagma. Fue paciente y me dio muchos consejos. Planeé que mi primera temporada de campo, más bien de carácter exploratorio, mientras intentaba encontrar poblaciones de apicalis y ordenar mi metodología. Decidimos que sería beneficioso que pasara algún tiempo buscando apicalis en Texas y en Florida, ya que las poblaciones del sur están activas mucho antes que las del norte, lo que significaba que podría completar dos temporadas de campo en mi primer verano.

Primero fui a Texas y pasé un mes buscando apicalis. Encontré muy pocos. Texas estaba en plena sequía y muchos de los lugares que visité apenas si tenían agua. Aunque no tuve mucho éxito con las apicalis allí, encontré algunos individuos. También cometí el error de pararme en mi primer -pero no último- nido de hormigas de fuego, para luego devolverme de mi caminata, quedándome sin agua, y estando bastante segura de que era el fin para mí. Como habrás adivinado, por mi capacidad para escribir este artículo, al final encontré el camino de vuelta a mi coche.

Después de un mes bastante infructuoso en Texas, estaba entusiasmada por comenzar mi trabajo en Florida. El norte de Florida tiene las únicas poblaciones de un morfo de apicalis que tiene una raya negra en el costado del tórax. Desafortunadamente, una vez más, no tuve éxito en encontrar ninguna población de apicalis. Mientras que en Texas faltaba agua, en Florida sobraba. Los estacionamientos de los lagos y arroyos que debía revisar estaban todos bajo varios pies de agua, gracias a las grandes inundaciones.

Inundaciones en los lugares de investigación en Florida. Fotografías de Amanda Whispell.

Después de no encontrar nada en Texas y Florida, volví a Nueva Jersey, donde las apicalis estaban empezando a emerger. En Nueva Jersey hay varios lugares donde abundan las apicalis, así que encontré algunos sitios diferentes que tenían poblaciones considerables. Seleccioné el Refugio de Vida Silvestre Van Nest, en el condado de Mercer, como mi sitio principal, y pasé esa primera temporada de campo caminando alrededor de una milla en el refugio todos los días. Este sitio de campo sigue siendo la oficina más hermosa que he tenido. En el transcurso de ese verano, logré capturar y liberar más de 500 machos y casi 200 hembras de apicalis.

Vista de mi sitio de campo en la Reserva de Vida Silvestre Van Nest en el condado de Mercer, Nueva Jersey. Fotografía de Amanda Whispell.

El macho número 500 que marqué en la Reserva. Fotografía de Amanda Whispell.

Pasé innumerables horas sentada al lado del arroyo en el lugar viendo a los machos apicalis luchar por las hembras y por pequeños territorios, e intentando observar y documentar sus comportamientos de apareamiento y sus cambios de color. Era difícil capturar y liberar a los individuos y observarlos después -no había nada que impidiera que volaran al otro lado del arroyo o sobre el lago para finalmente desaparecer-, pero disfruté de los que se quedaron. Empecé a sentir que nos entendíamos. Pasaba de seis a ocho horas sentada en ese lugar o caminando por la orilla del arroyo todos los días.

En el verano siguiente resolví el problema de la desaparición de los machos construyendo un insectario en Duke Farms, en el condado de Hunterdon, y repoblándolo con ejemplares que atrapaba al iniciar cada semana. Construir un insectario en un estanque era un reto en sí mismo, al igual que trabajar dentro de él, pero dio mejores resultados.

Mi insectario en Duke Farms en el condado de Hunterdon, Nueva Jersey. Fotografías de Amanda Whispell.

El insectario estaba forrado con una red bastante fina que impedía que los individuos se escaparan y aumentaba la frecuencia con la que podía observar su comportamiento de apareamiento. Desgraciadamente, el recinto también impedía que el calor se escapara, por lo que hacía un calor terrible dentro -al menos cinco grados más que fuera- y estaba a pleno sol. Eran días de mucho calor.

Me encantaba sentarme en el insectario y ver cómo los individuos buscaban comida, tenían pequeños altercados entre ellos, trataban de conseguir oportunidades para aparearse y evadían a las ranas que se colaban constantemente. Incluso me aseguraba de llegar lo suficientemente temprano para capturar y liberar a todas las libélulas que emergían en el interior del insectario durante la noche antes de que pudieran hacer de las suyas.

Sacaba estas libélulas de mi insectario todas las mañanas durante los meses de máxima emergencia. Si no llegaba a tiempo, a menudo sólo encontraba una red llena de libélulas satisfechas. Fotografía de Amanda Whispell.

Aunque la mayoría de las personas que intentaron acompañarme durante un día dentro del insectario me dijeron que era terriblemente aburrido, a mí me pareció catártico y tranquilo. Las horas se llenaron con la libertad de no hacer nada más que observar el comportamiento y tomar fotografías. En ocasiones me quedé dormida en mi asiento y los caballitos del diablo me reclamaron como territorio. Me parece justo. Es posible que haya pasado más tiempo a solas con las bailarines de frente azul que con cualquier otra persona.

A menudo los machos me reclamaban como territorio si permanecía quieta el tiempo suficiente. Fotografías de Amanda Whispell.

Las bailarinas de frente azul son pequeñas y hermosas damiselas que llevan una vida enérgica. Si tienes la oportunidad de observarlas, te lo recomiendo encarecidamente. No te decepcionarán.

Amanda Whispell, editora en jefe de ARGIA, pasa su tiempo escribiendo manuscritos relacionados con su trabajo sobre el cambio de color en Argia apicalis, haciendo divulgación científica y creando arte científico. La puedes contactar en el correo electrónico editor@dragonflysocietyamericas.org o en Twitter en @AmandaWhispell. Para más información acerca de las investigaciones de Amanda visita su página web www.amandawhispell.com.

Traducción: Juliana Sandoval H.

Especie del mes

Especie del mes de Octubre: Libélula de Filigrana (Pseudoleon superbus)

Pseudoleon superbus, foto por Greg Lasley. Utilizada con permiso de Dragonflies of the Southwest (sin fecha).

Nuestra especie del mes de octubre de la DSA es la Pseudoleon superbus o libélula de filigrana, de la familia Libellulidae. Esta pequeña libélula (38-45 mm o aproximadamente una pulgada y media) suele encontrarse en arroyos y estanques cercanos en California, y partes del suroeste hasta Costa Rica. Disfrute del relato de la cazadora de libélulas Kathy Biggs sobre el seguimiento de esta emocionante especie.

El capricho de una cazadora de odonatos

La aventura comenzó con mi deseo de encontrar una especie excepcionalmente bella. Sólo nos llevó a mí y a mi marido Dave una década y media conseguirlo.

Pseudoleon superbus, la libélula de filigrana, tiene un nombre muy apropiado. "Superb" es parte de su nombre científico por una buena razón. Sus hermosas alas parecen, en efecto, de filigrana, o como lo define el diccionario Merriam-Webster "calado ornamental de diseño delicado o intrincado".  Incluso el nombre de su género, Pseudoleon, parece referirse a que es una criatura parecida al León. ¿Dave y yo esperamos con ansias ver uno? Por supuesto.

Pseudoleon superbus, copyright David Biggs, Río Tuito, Yelapa, Jalisco, México (2017).

Cuando escribí La Guía para Principiantes de las Libélulas del Suroeste en 2004, conocí por primera vez esta belleza. Para ese entonces, las libélulas de filigrana sólo se conocían dentro de Estados Unidos en Arizona y Nuevo México, aunque desde entonces se han añadido a las listas de Texas, Utah, Colorado, Oklahoma y California.

La caza estaba en marcha. Fuimos a Nuevo México para el Festival de la Libélula a principios de la década de 2000 en busca de ella, sin suerte. En 2007, dimos un paseo por el Boyce-Thompson Arboretum en Arizona. En nuestra caminata, otros vieron una, ¡pero nosotros no! Esperábamos encontrarla durante las excursiones de la Sociedad de Libélulas de las Américas de Arizona en 2017. No.  

En 2014, fuimos a Yelapa, Jalisco, México, para un viaje del coro de Dave. 

Río Tuito, Yelapa, Jalisco, México, copyright Kathy y David Biggs (2020)

Nos encantó tanto el lugar como la naturaleza que en 2016 empezamos a pasar parte de cada uno de nuestros inviernos allí. ¿Adivina qué especie es común en Yelapa? Sí. La libélula de filigrana. En 2016, pasamos un mes entero allí. Pero no pudimos encontrar ninguna.

Luego, en 2017, mientras estaba en Yelapa, finalmente vi una odonato lejano en el Río Tuito; ¡tenía negro extensamente en las alas! ¿Era un Dragoncito de Alas Negras o una libélula de Filigrana? No estaba segura. Al día siguiente, exploré la zona y, sí, la vi de nuevo. Era una libélula de filigrana. Cuando me acerqué a la roca detrás de la que estaba perchada para hacer una foto, salió volando. ¡Otra vez frustrada!

Río Tuito, Yelapa, Jalisco, México (2020), copyright Kathy y David Biggs.

Al día siguiente, salí temprano río abajo hacia el lugar exacto donde la había visto por última vez. Pensé que si podía llegar allí antes de que ella pareciera, no se espantaría. Me apoyé en una roca, esperando su regreso. Horas después, tenía calor, estaba cansada y hambrienta. Finalmente me rendí. Cuando me levanté para marcharme, me fijé en algo sobre lo que había estado sentada. Las alas de una libélula de filigrana. Probablemente se la había comido un depredador. Recogí las alas y me las llevé, como recuerdo de mi persecución.

Cuando regresamos a California, escaneé las alas.

Alas escaneadas, Pseudoleon superbus, copyright Kathy Biggs (2017)

Como suele ocurrir, una vez que se encuentra algo, a partir de entonces es fácil de encontrar. Durante el resto de nuestra estancia de 2017 en Yelapa, y cada año desde entonces, las hemos encontrado en abundancia a lo largo del Río Tuito en Yelapa. Descubrimos que no sólo se posan a menudo en las hojas muertas, sino que cuando se ven a distancia, parecen una hoja muerta.

Pseudoleon superbus, copyright Kathy Biggs (2017).

Como antigua maestra de jardín de infancia, tengo un nombre de mascota para esta especie: ¡La Súper Bus! Mi esperanza es que ustedes no experimenten la misma frustración que tuvimos nosotros cuando intentamos encontrar al  Súper Bús de todos los odonatos.

Nuestra bloguera invitada de octubre es Kathy Biggs, que ha sido una amante de la naturaleza toda su vida. Cuando en 1996 construyó un estanque de vida silvestre en su patio trasero de Sebastopol, California, llegaron las libélulas y encontró su verdadera pasión. Queriendo compartir su pasión, desarrolló sitios web para sus estanques de vida silvestre, Libélulas de California, Libélulas del Suroeste y más recientemente Una Primera Guía de las Libélulas de Jalisco. Los sitios web maduraron y crecieron hasta que Kathy se convirtió en la autora de la primera guía de libélulas de California, Common Dragonflies of California, la primera guía de libélulas del suroeste, Common Dragonflies of Southwest, un libro para colorear y aprender sobre libélulas y su última publicación, Dragonflies of the Greater Southwest. Kathy dirige los grupos CalOdes y Building Ponds for Wildlife.  Kathy es la revisora de los registros para California en Odonata Central, y iNaturalist California y Jalisco, MX. Ella espera poder inspirarte a conocer las libélulas y los humedales que las sustentan.


Traducción: Melissa Sánchez H.

Especie del mes

Especie del mes de Septiembre: Ophiogomphus carolus

Ophiogomphus carolus, Hell Hollow Wilderness Area, Thompson, Ohio (Kim Smith, 2022)

Nuestra especie DSA del mes de septiembre es Ophiogomphus carolus, de la familia Gomphidae. Esta pequeña libélula (40-45 mm) se encuentra generalmente en los ríos del noreste de los Estados Unidos y algunas regiones de Canadá. Disfruta de la historia de la cazadora de libélulas Kim Smith sobre el rastreo de esta fascinante especie.

El nombre “Infierno” es por O. carolus

Hace unos años vi fotos de una impresionante libélula verde y supe de inmediato que tenía que ir a verla por mí misma. Ophiogomphus carolus es un gomphido que en mi estado natal, Ohio, se encuentra sólo en una pequeña parte. Aparece durante algunas semanas cada junio en la esquina noreste del estado, no lejos de la orilla del lago Erie.

Hell Hollow Wilderness Area, Thompson, Ohio (Kim Smith, 2018)

Esta hermosa libélula prefiere posarse en las rocas donde el agua poco profunda fluye rápido alrededor de las rocas, creando rápidos. Uno de los mejores lugares para encontrar esas condiciones es en un afluente del Gran Río llamado Paine Creek. Las aguas frías y claras se precipitan sobre el suave fondo rocoso del lecho de este arroyo que serpentea a través de un barranco de 100 pies de profundidad. Acceder al arroyo requiere descender 262 escaleras rústicas de madera, de un lado a otro a lo largo del borde empinado del barranco, hasta Hell Hollow (Hoyo del Infierno, en español). Y, si prestas atención, te darás cuenta de que también requiere volver a subir esos 262 escalones, un punto importante a tener en cuenta en un día caluroso.

Hell Hollow Wilderness Area, Thompson, Ohio image (Kim Smith, 2018)

En 2018, escribí la historia de mi primer encuentro con esta especie en mi blog, Nature is My Therapy. Esa historia contiene la vergonzosa revelación de que mi emoción y la falta de atención a los detalles me llevaron a tomar cien fotos rápidas de Stylogomphus albistylus, al confundirla con O. carolus. Acerqué mi cámara a un gomphido distante y vi unos enormes ojos verdes mirándome, y simplemente comencé a disparar. ¡No importó el hecho de que el color de la cara y el tórax fueran completamente diferentes!

Ophiogomphus carolus (arriba) y Stylogomphus albistylus (abajo), Hell Hollow Wilderness Area, Thompson, Ohio (Kim Smith, 2018))

Solo después de salir de Hell Hollow y enviar mensajes de texto a dos de mis amigos sobre mi "triunfo" de cazadora de O. carolus, me di cuenta de mi humillante error. Para salvar las apariencias, tuve que volver a bajar al día siguiente antes de ver y documentar mi preciada presa. (Sí, fueron 1048 escalones. Auch.)

Esa experiencia me enseñó una lección importante sobre cómo las expectativas pueden engañar a tu cerebro… también me dejó con dolor de piernas durante una semana. Pero descubrí que me encanta estar en este “infierno” en particular. Hay algo muy rejuvenecedor en estar abajo en ese río, sola, con los pies bañados en agua fría y el sol en la cara. Se ha convertido en un ritual para mí. Cada junio hago el viaje de dos horas para darme el regalo de ver a O. carolus y una ecoterapia intensa.

En otra visita para ver a O. carolus, me senté inmóvil en un árbol caído en medio del arroyo mientras docenas de diminutas S. albistylus lanzaban incursiones de caza desde las rocas a mis pies. Ese día, un O. carolus solitario aterrizó a unos pocos pies frente a mí y pude observarlo durante media hora.

Ophiogomphus carolus, Hell Hollow Wilderness Area, Thompson, Ohio (Kim Smith, 2022)

Siento un vínculo especial con O. carolus. Este tipo de experiencia de observación de Odonatos es mucho más preferible que cuando puedo ver un insecto por tan poco tiempo, que solo es suficiente para obtener fotografías de borrosas.

Al momento de escribir este artículo, iNaturalist solo muestraba 21 observaciones de esta especie en Ohio, hechas por 11 observadores desde el 2016 hasta el 2022. El hecho de que O. carolus haya sido reportado por menos de una docena de personas en nuestro estado puede reflejar su escasez, pero podría también deberse a la dificultad de acceder a Hell Hollow. Afortunadamente, en 2022 se encontró otra población en otro lugar cercano que solo tiene 170 escalones.

Tal vez deba comprobarlo el próximo año.

Nuestra bloguera invitada de septiembre es Kim Smith, una entusiasta de los odonatos de Toledo, Ohio. Kim dirige excursiones locales para compartir su amor por las libélulas y escribe sobre ellas en NatureIsMyTherapy.com. Recientemente se desempeñó como presidenta de la Asociación de Naturalistas de Toledo y forma parte de la junta directiva del capítulo de la región de Oak Openings de Wild Ones, una organización sin ánimo de lucro que educa al público sobre la importancia ecológica de las plantas nativas.

Traducción: Juliana Sandoval-H.